miércoles, 9 de mayo de 2012

CARTAS A RAIZ DE LAS PRIMERAS PROYECCIONES DE "LA CASA"


Amigos, quiero compartir con ustedes algunas de las cartas que recibimos estos días.

Cartas de GABRIELA AVALTRONI, BRENDA URLACHER, FRANCA GONZALEZ, ALICIA SILVA REY y CLAUDIO PEREZ

Son mimos, por qué negarlo, pero también están llenas de conceptos que completan la película y nos enriquecen a todos.

Un abrazo

Gustavo


GRACIAS POR LA CASA

Hola Gustavo,

Mi nombre es Gabriela. El motivo por el cual te escribo es para decirte lo maravillosa que es tu última producción, La casa. Quiero sincerarme y decirte que es la primera película que veo tuya y desde ahora no será la única.

Sin tener conocimiento previo de El árbol y Elegía de abril, lo que logras en La casa es magnífico. Es como revisar fotos viejas cuando, al tenerlas en la mano, recordás lo vivido en ese momento en que se tomó. Ese estado onírico que alcanzas con los reflejos, las grietas y los murmullos es increíble, logras que uno conozca todos los rincones y recovecos de la casa.

La casa, fue una de las primeras películas que vi en este Bafici y tenía la necesidad de manifestarte lo que me produjo, lo que sentí.

Gustavo, gracias por eso!

Saludos

Gabi Avaltroni


LA CASA

Gustavo, aprovecho la emoción y el entusiasmo que me dejó la película para escribirte.

Creo que no hay detalle en el que no hayas buceado, todo me transportó rápidamente a un mundo de ensueño, como te dije: místico casi religioso. La palabra que vi en la pantalla impresa fue beatitud. Porque vi que te liberaste, que abandonaste la necesidad de pensar, porque ya no necesitaste pensar, y lograste que tu pintura se transforme en pura inconmensurabilidad.

Gloria por el cine, que vuelva a ése cine del que tanto me hablaste con afán, pero que aún así, es un cine nuevo, genuino, del fúturo!.

Me siento bendecida por haber tenido la posibilidad de que hayas sido parte de mi formación. Te lo agradezco.

Gracias Gustavo, gracias por La casa. Felicitaciones a vos y a todo el equipo.

Espero verte pronto, un abrazo.

Brenda Urlacher


DE FRANCA

Querido Gustavo,

De todas tus películas, la Casa es la que más ha revuelto mis entrañas. Y si bien cierra una trilogía, espero que esa búsqueda no se detenga. Haces el cine que me gustaría hacer cuando sea grande. Y dado que ya tengo 43, no creo poder llegar ni a la sombra fantasmagórica de tus postigos al sol.

No es que quiera hablar de mi, pero como en el fondo cuando uno hace una peli, lo que realmente quiere es que el espectador se escabulla en sus propias emociones y recuerdos, me atrevo a recordar aquel día que te conocí y que me dijiste que Atrás de la via tenía algo que se acercaba a tus inquietudes cinematográficas. Fue en Tandil. Y ayer me pasó algo curioso. Estuve todo el tiempo en la casa de mi abuela. Entre sus fantasmas y los míos. Sus destellos. Ese eterno pasar por los mismos mosaicos gastados. La misma luz de la hora de la siesta. Y ese miedo pavoroso y angustiante a que esos olores, esas huellas, esos frascos, esa respiración entrecortada frente a la ventana inundada de santarritas, falten algun día.

Todavia me cuesta aceptar el horror de la demolición, que me dejó aturdida, llena de polvo, tapada por los escombros de un final inesperado. Me provoca esa grieta entre la ficción y el documental, donde por un lado, sufro como una condenada pensando que es real, y por el otro me digo, no puede ser tan hijo de puta de haber tirado la casa abajo. Y mostrarse tan fresco y distante. Tiene que ser un recurso narrativo que lo convenza, sobre todo a él mismo, que no va a volver a filmar nunca más ahí. No quiero saber la verdad, pero prefiero creer que la Casa aún está en pie. Como el árbol, que siguió y seguirá vivo en nuestros corazones aunque ya no lo esté.

Cómo espectador, la demolición es, literalmente, un masazo en la nuca. Te preguntas... y la viejita? Y los personajes de los films anteriores? Y todas esas cosas? Y las puertas? Y los secretos que se guardaron abajo de un mosaico? y los cajones, los espejos, las tazas y platitos? Adonde fueron a parar todas esas fotos, los libros, la ñata contra el vidrio? Y los fantasmas, por donde quedarán vagando? Desaparecen, junto a todos los recuerdos?

Para despedirme, debo decirte que me sorprendió ver mi nombre entre los agradecimientos. Por qué?

Te quiero. Y por sobre todas las cosas, te admiro como a pocos.

Franca Gonzalez


LA CASA

Querido Gustavo:

-comprobar que se ha vivido entre escombros durante años, sin haberlo sabido;

-el retorno una y otra vez de lo real con su componente siniestro;

-hacer lo posible para que la ceniza no nos comande (o la arena).

Todo eso ha sido en síntesis, para mí, La casa, la más equilibrada y poética de la trilogía.

La casa como único ser que conoce la falla secreta de una familia

("acaso lo que barruntamos de un sueño antes de que lo borre el despertar", Arnaldo Calveyra).

Pero incluso en las ruinas, entre escombros, demolidos los cimientos, los supuestos, en el ser de La casa,

existe la capacidad de recomenzar: he visto cómo amanecía serenamente tras la enramada verde:

árboles jóvenes de pie en contraste con la presencia trágica de La casa.

Te abrazo

Alicia Silva Rey


LA CASA

Gustavo:

Antes de escribirte, me leí. Repasé ligeramente muchos años de amistad y de lector/espectador de tus obras, poéticas, narrativas, teatrales, cinematográficas. Hubo términos, en el estreno de La casa, que me intranquilizaron y me hice una calma de palabras.

Se habló de “final”, “ciclo que termina”, “clausura” y otras expresiones definitivas, otras condenas que con las que decidiste ejecutar tu obra. Ejecutar, me repito, no es, en tu caso, un vocablo que refiera solamente al momento de poner en práctica una sentencia. Porque es cierto que antes de filmar El árbol, Elegía de abril y La casa, antes de ejecutarlas, en tanto hacerlas, ya las había ejecutado, ya las habías condenado a un destierro que sabías. Desde este punto de vista deberíamos aceptar que fracasaste. Hoy, la tercer y ¿última? película del ciclo fue seleccionada para integrar la competencia Cine del futuro, del BAFICI. ¿Puede un final de algo integrar una competencia que parece apuntar a aquello, a los modos, que anticipan otra cosa tan vital y nueva, tan naciente, como el futuro?

La casa, creo, se instala en tu filmografía como punto de llegada a una manera de entender y vivir el cine, pero no veo que clausure nada, y si operase como cierre de algo, entiendo, será de una temática. Y en esto estamos, ¿tanto vale el tema como para afirmar que, concluida su exploración, cancela algo? Sabemos que no. Desde Aristóteles.

Aquí aprecio más lo que cuesta, lo que ha costado este viaje inmóvil. Este permanecer en una calle, una casa, unos cuartos, paraderos de la sangre.

Pero miro La casa y veo como se abre paso la luz, la imagen, por los vidrios, por esa magia nacida en los desiertos del mundo hasta terminar firmada por Degue, Lalique, Bifery, Rochette, Gilbert, Charder, Schneider. Miro La casa y veo como la lente de la cámara ha conseguido eso: transparencia, color, sutileza, inminencia de desastre.

Qué curioso, lo único que en La casa se destruye y cae, lo que abdica y se derrumba y pulveriza, es lo sólido, lo opaco, lo que nos devuelve una versión unívoca de la realidad. Allí donde la luz pasa, en los huecos sutiles apenas velados por los cristales, parece, la destrucción no llega, no encarna. Lo que cae es lo que se resiste a ser atravesado por la luz, por la mirada.

Y los fantasmas, en esta belleza que hemos visto, no son, para mí, sombras, sino reflejos, nuestra mirada que vuelve plagada de incertezas, de puntos suspensivos, de preguntas que no responderemos nunca.

Creo que es excesivo pensar que ciertas cosas terminan, y más, que las cosas, las relaciones, los gestos, los momentos, terminan cuando la materialidad que los posibilitó se acaba o se deslíe. ¿Para qué si no la memoria, el arte? ¿Para qué si no nuestras formas de ver?

Claudio L. Pérez

martes, 1 de mayo de 2012

La casa - Bafici - Resumen de críticas

Amigos:

Comparto con ustedes algunos comentarios críticos sobre LA CASA durante el Bafici.

Pronto, compartiremos también las cartas de algunos espectadores.

La película hará un recorrido por festivales y el estreno está planeado para dentro de algunos meses.

Un abrazo
 
Gustavo
 
 
David Obarrio, en Cinemarama


"Oscilando entre lo abstracto y lo concreto, la cámara de Fontán es capaz de arrancar destellos de lo que nos rodea para volverlo, en un gesto de melancólica nobleza, la materia irrenunciable del cine. Cada plano, de una belleza única y de una pertinencia implacable a la vez, ofrece el testimonio de un compromiso genuino con la imagen y su relación con el mundo. Del calor de esa alianza nace el cine."


Miguel frías, en Clarín

"Los seguidores de la bella, inasible, delicadamente conmovedora filmografía de Gustavo Fontán encontrarán en La casa el cierre de la trilogía que el realizador comenzó hace ocho años con El árbol y que siguió con Elegía de abril. En su nuevo filme, Fontán logra captar, con su ya clásico lirismo onírico, recuerdos y fantasmas del caserón paterno de Banfield, hasta que la demolición llega con inapelable, arrasador realismo."

Juan Pablo Cinelli, en Tiempo Argentino 

"Fontán acumula en esa casa de familia capas de imagen y sonido, pero también capas de tiempo, superponiendo al presente distintos pasados, una colección de los fantasmas de quienes allí habitaron. La casa es la obra de un autor antes que de un cineasta, y de un poeta antes que un director. Poesía que merece ser vista."


Ezequiel Boetti, en Otroscines

"Parece ser la misma casa la que evoca su pasado resplandeciente. La sensación se acrecienta a medida que trascurre un metraje construido casi en su totalidad en planos subjetivos, como si la lente encarnara los ojos de la construcción mientras observa impotente cómo la mutilan."


Pablo Arahuete, en Cinefreaks

"Toda clausura implica una pérdida y un desandar misterioso sobre lo ya construido o recorrido desde la poética y desde el cine como vehículo de expresión de ideas y sensaciones. Las que deja La casa, final de la trilogía que comenzara con El árbol, son de profunda tristeza y dolor donde el polvo de los escombros se alimenta del polvo de los recuerdos pero se desvanece como aquellos fantasmas que habitaban el espacio de ese recóndito rincón de Banfield".


Blanca María Monzón, en Leedor

"Las voces, los susurros, los recuerdos, la memoria y el fantástico juego entre la luz y la sombra. Fontán construye un poema en base a un documento de la realidad."


Rodolfo Weisskirch, en Asalallena

"Sin dudas, la más lírica de las tres. Las protagonistas son las paredes, los reflejos de las ventanas, las puertas, los techos. La casa respira, se comunica, hace sentir sus años, su tiempo y su pesar, incluso ante su triste porvenir."