viernes, 31 de diciembre de 2010

Elegía de abril - Cartas

Queridos amigos:

A pocas horas de terminar el 2010 quiero compartir con ustedes algunas cartas que nos llegaron a raíz de Elegía de abril.


Expreso mis deseos para el año próximo con unos versos de Juan L.Ortiz

"Otro será el paisaje mañana en las mismas líneas puras.


Cantará con un múltiple canto entre las casas próximas con mesas, ah, seguras y con libros y músicas.


Como de la noche de su alma del sueño de los campos el hombre extraerá toda la maravilla.


No más dividido, no, con el hermano, ni consigo mismo, ni con la tierra, el hombre.

Uno consigo mismo y con el mundo para crearse sin fin en la gracia más alta de la criatura, y sonreir al rostro cejante de la sombra"


Felicidades y hasta el año próximo

Gustavo

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Querido Gustavo

Pocas veces agradezco haberme hecho parte de una peli, tener la posibilidad de hacerlo a su director y sinceramente, desde lo más íntimo así fue.
A veces, y ¡qué bueno que así sea! la emoción supera a las observaciones, a las devoluciones, a la palabra.

Elegía, es una película que supera toda palabra y lo más paradójico, lo más particular, es que tratándose de una obra que se vincula con la palabra no logre devolverte más que agradecimientos y felicitaciones.

Ví a un Gustavo Fontán en lo máximo. A un Gustavo comprometido que logra brindarnos una peli en un 100%, desde la madurez, desde lo más óptimo y eso hace que me haya suspendido para conectarme con algo más (como esa especie de "fantasmas" que encontré en la pantalla hacia el desenlace) un "no quiero que termine", una sensación de hipnotismo, de querer permanacer más allá de esa hora.

Hay algo que sobrevive en "Elegía..." algo que se instala, algo que no quiere ni puede borrarse... (una contradicción; el cine es magia, es ese no querer entrar en lógicas ni hipótesis, sin embargo, quise y quiero descifrar tus secretos!) y eso fue lo que me pasó.
A medida que pasoron los días quise saberlo todo (que me cuentes grandes incógnitas,
preguntas que NO DEBERÁN SER NUNCA REVELADAS!)

Una peli que se instala, que nos hace sentir parte, que nos mete y nos sacude... y esa es la gran cuestión. Minuciosa descripción de un estado, de un pasado, de un presente, de un futuro que cada uno imaginará (¿qué serán de esos libros, qué serán de esos "verdaderos" protagonistas, qué será de quienes los han reemplazado...)

Tu hijo es un Adonis; tu mundo más que un mundo que merece seguir siendo explorado, que nos dejes la posibilidad como espectadores de seguir haciéndolo.

Nadie en la sala se movió, todos nos quedamos en una especie de trance (ayudado por ese desenlace o resolución en la que todos quedamos "girando" como tus "personajes") ese salir sin salir, ese quedarse y permanecer.

Gran peli. Gran apuesta, quizás hasta ahora tu mejor apuesta (como cuando depositamos parte de las fichas en un número -parte- porque estoy segura, quedan más fichas por "jugarse")

Beso grande

Vanina Sierra
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Querido Gustavo,

Ya que tengo la posibilidad, que no se me da muy seguido la verdad, me refiero a poder escribirle humildemente al director de una película que me interesa y me queda dando vueltas en la cabeza, voy a abusar de mi suerte y a atreverme a hacerte algunos comentarios acerca de "Elegía de Abril".

Lo que mas me interesa de la película es la reflexión que plantea acerca del cine. ¿Qué es el cine? ¿Qué se necesita para hacer una película? ¿Cuál es la relación entre el cine y la vida? ¿Qué pasa cuando ante un mundo cotidiano se planta una cámara? ¿Qué pasa cuando enfrentás a una mujer cualquiera con una actriz que pretende imitarla?
Con esto no me refiero a lo obvio, a lo que ya esta ahí super claro, como hacen tantos que pasan al lenguaje oral o escrito, abusando de palabras poéticas, que no son mas que metáforas muertas, aquello que ya está dicho cinematográficamente, porque ¿qué ganaríamos con eso?
Sería cómplice de esa especie de paja culturosa, que no se cansa de repetirse y citarse a sí misma, subrayando guiños ya hechos, para poder enaltecer la propia poética de la que carece. Ya me los estoy imaginando: "la película de Fontan trata acerca de los límites cada vez mas borrosos entre la ficción y el documental, el cine dentro del cine" ESO ES OBVIO. Perdón por esta aclaración, pero me da fobia caer en eso, así que voy a hacer el esfuerzo por profundizar un poquito mas, ya que "Elegía" me lo permite.

Desde el inicio, se evidencia la puesta en escena. Parecería decirnos: "Señores, bienvenidos, estamos ante una película, esto significa que hay al menos una cámara (de a poco sabremos que son dos), un equipo que está trabajando para que esto que es una construcción sea posible, una casa, una anécdota-excusa en relación a un libro, 5 actores (3 no-profesionales y 2 ultra-profesionales), una taza, un gato y algo para decir".
El espectador no puede olvidar NUNCA que está en el cine, ni siquiera aunque las luces estén apagadas, ni siquiera aunque se trate de un burguesón que quiso ir a ver una película para hacer la digestión y se esfuerce por olvidarlo, esto no va a ser posible querido mío.
Porque no solo vemos al microfonista mientras graba a la que suponemos protagonista decir: "yo no actúo mas", no solo vemos a los actores ultra profesionales, reconocidos por todos los argentinos por su trayectoria, que van a reemplazar a estos nadies llegar con anteojos oscuros, no solo vemos a Fede con su camarita grabando desde su punto de vista adolescente, no solo te vemos a vos director, padre, sobrino e hijo, sino que vemos la cámara que los persigue a todos!!
Y eso no es fácil de olvidar, ni siquiera para el que se hace el zonzo, porque está puesta la puesta frente a sus narices constantemente, aunque se retuerza en la butaca. Entonces el lugar del espectador es incómodo, está en una brecha entre el adentro/afuera, sin estar en ninguno de los dos lugares.
Un entre, un intermedio que no se sabe bien que es, uno de esos espacios entre la vida-la muerte, el sueño-la vigilia, desde donde espía a los espías, a las copias de las copias, a los reflejos de los reflejos y así hasta el infinito que no se puede abarcar (por suerte). Pero toda esta apertura es a partir de muy pocos elementos, y el tiempo, y el espacio. Entonces me vuelvo a preguntar: ¿Qué es el cine? ¿Qué se necesita para hacer una película?

Y respecto a la relación ficción-realidad: No es que tu mamá no sea actriz ella también, no es que no vivamos todos dentro de una ficción, es que esa mujer tiene algo genuino que aunque le pongas una cámara adelante no se tamiza lo que ella es en-sí sino que se enaltece y lo mismo pasa con el hermano. Eso se ve, en las miradas, en pequeñísimos gestos y en sus formas de moverse. Por más que actúen no están actuando, son.
Y aparecen los actores, y ahí claro, empiezo a desconfiar. Noto su esfuerzo y lo valoro, pero veo su trabajo, porque me mostraron antes el original. Algo se pierde, quiero que vuelvan los "verdaderos". Y ahí está la cámara de nuevo, ah cierto, pero si todos están dentro de una película, nada de todo esto es real. Por suerte desde el montaje los cuidaron a estos actores tan profesionales, porque quedaron muy expuestos, muy como actores que actúan, pero claro ellos también son personas, y la verdad genuina también se les filtra en la comisura, aunque sean hábiles controladores. Así que con espectadores incómodos, actores conocidos expuestos y familiares abiertos de par en par, en que lío te metiste eh.

Una casa que transpira clase media argentina, en la que uno no puede dejar de verse reflejado. Que miedo. La clase media y sus costumbres, y sus silencios, me da terror. Lo que no se dice, la nada, el tiempo, el clima deeenso. El tanguero nostálgico que llevamos dentro, que solo vive de recuerdos arrastrando los pies. Y que tanto mas hay que contar? Sino lo ruin, las miserias, lo espeso, lo que mas conocemos. Al fin alguien que nos habla a nosotros! ¿O nos vamos a seguir haciendo los europeos?

Cuando terminé de ver la película me acordaba de una anécdota que nos contaste en clase. Hasta hiciste un dibujito en el pizarrón, era para explicarnos casualmente algo referente a la puesta en escena. La vecina que los visitaba en ese espacio enrarecido con un mueble en diagonal y levantaba su copa diciendo: "brindo por la muerte del hijo de puta de mi padre". Vos lo contabas mucho mejor. Pero pasaron los años, hiciste una película llamada "Elegía de Abril" y ese universo tan tuyo lo "pasaste" al lenguaje del cine. Y eso es lo que mas valoro: el riesgo y lo genuino que se mantuvo, en contraposición a tanto careta dando vueltas necesitábamos este empujón Fountain!

Pienso que nos facilitás un poco el camino, nos abrís una puerta, nos ayudas a poder expresarnos a aquellos que no queremos la fama, ni la guita, ni los premios, sino simplemente reflejar como sea eso que pensamos, que nos pasa y todavía no sabemos bien como. Porque así nos seguís enseñando que para hacer una película lo único que hace falta es tener algo genuino para decir y que mas allá del cine, y del arte en general, lo que importa es la vida, la muerte y lo indecible.

Me quedo con la mano de una mujer que guarda un pañuelo en la manga de su saco.

Gracias profe!

BRENDA SALAMA
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Hola Gus:

Ayer ví Elegía de abril. ¡Qué momento!

Creo que es la reafirmación de un camino de búsqueda. Difícil recorrido hacia vos mismo. Como siempre esa forma tuya de volcarse hacia adentro y hacia la imagen sin medir los riesgos.
Me pareció una explosión de texturas y colores montada sobre una historia siniestra. Porque la vida es en última instancia ese recorrido hacia la desaparición del afuera, del mundo, de las cosas y seres que nos rodean. Se narra un vacío que el documental transforma en presencia y se narran otros vacíos que alguien habrá de narrar.

Un libro arrumbado por años, un poeta, la terca tarea de un hombre, finalmente sale a la luz en el bolso de Federico. Un gran y pesado silencio se rompe y estalla en tramas de color y recorre escritorios de críticos absortos y un nombre vuelve a circular entre las voces.
Nombrar, hacer de un cuerpo verbo.

El gesto resulta de un gran esfuerzo, un ejercicio de memoria doloroso. No alcanza la ternura que Adriana Aizemberg le impone al personaje, ni las muecas repetidas de Quinteros ante la cámara de Federico para alejar de nosotros el cansancio de la mujer que ya no quiere seguir filmando, o la incongruencia de un tío que no puede sostener dos veces el mismo argumento, la misma razón. Hay entre los hermanos un pacto de silencio y de aceptación que la película viene a romper, como rompe los paquetes de libros.

Carlos siente que pierde algo valioso, su función de custodio del silencio, su gato. La realidad ha cambiado y un polen reseco se esparce sobre el mundo. Esporas que creo desconoce o ha decidido desconocer.

Personas y personajes, ambos reales, se buscan como en una ronda hasta desencontrarse, finalmente. No se sustituyen, son otros. Como otra es la película que la película nos muestra que está filmando Federico con mano temblorosa que avanza imperceptiblemente hacia el gesto firme y decidido. ¿De quién son los recuerdos? ¿A quién pertenece la memoria? En última instancia a quien puede resguardarla sin enmudecer, sin anular su propia voz. Al que puede hablar, decir, filmar.

Una casa como un laberinto donde se guarda el silencio. ¿Las palabras son un monstruo? ¿Una fiera que devora a los jóvenes y los aterroriza con una mirada vacía, con un repique que cuenta las horas que faltan, las que han pasado?

Alguien tuvo la muerte de los Santos. Pero no es cierto que de un sueño pasó a otro sueño. De un sueño pasó a lo que sueñan los otros. Y los sueños son un pasadizo a nuestras más enormes aventuras y también a nuestros terrores más grandes. Y hay quienes sólo sueñan sus miedos.
El sol, la luz, casi nunca o nunca es plena. Aparece velada tras lienzos y tules. Una taza cuenta su historia. Cofres ¿qué guardarán?

Un gato nos une a la vida, a caminos por recorrer, a algo que palpita y recelosamente escapa, abandona, deja atrás.

Una pareja de jóvenes sale del cine en la avenida Rivadavia en la tarde del jueves. El le dice a la chica al pisar la vereda: Otra vez la luz, el ruido.

Desde El Árbol a Elegía de abril la paleta se ensombrece, se ensordina, se adentra y se angustia. Sí, cuesta escapar, Cuesta salir de un estado de tristeza y de un clima en el que la película nos coloca. Se adhiere y uno queda con los ojos tristes para mirar más allá de esa cuatro paredes.

Te quiero mucho

Claudio Pérez

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Hola Gustavo,

a veces me cuesta escribir sobre algo que siento tan cerca de mí. Y la primera impresión que tuve viendo Elegía de abril fue la de la sentir verdaderamente la cercanía de la muerte. Justamente estuve pensando esto en las últimas semanas, luego de que mi madre fue operada.
Deambulé por mi casa mirando objetos y fotos, pensando en los que ya no están, entre ellos mi padre. Me preguntaba cuanto tiempo pasará hasta que tenga que despedirme de ese mundo en el que viví más de 20 años. Y recordé un frase del director polaco Lech Majewski cuando le preguntaron hace unos años en el Festival de Mar del Plata por qué el tema de la muerte está tan presente en sus films. Lech respondió: "yo no entiendo la vida, no entiendo la muerte, no entiendo el tiempo"...

Elegía de abril
comienza como una continuación de El árbol, hasta que tu madre decide no filmar más. Allí el film se quiebra y uno se pregunta cómo va a continuar. La solución me parece magnífica. Es simple y compleja a la vez. Los actores reemplazan a las personas reales dramatizando las situaciones cotidianas. Pero tu madre y su hermano siguen estando allí, espiando, deambulando como fantasmas, a veces expresando incomodidad por la intromisión de la cámaras. Su intimidad se ve asediada por tu presencia y la de tu hijo. Los registros se contaminan, entre lo real y lo imaginario; los objetos se vuelven protagonistas, "hablan", se cargan de sentido. Lo no dicho toma cuerpo de forma sutil, se cuela por los intersticios. La aparición de los libros de tu abuelo saca a la luz recuerdos, sentimientos y también desacuerdos.
Somos concientes del paso del tiempo, de la fragilidad de nuestras vidas. Ante esto, hay una actitud de aceptación en tu madre, hay una actitud de dolor y quizás, de amarga resignación en Carlos.

Como en tus films anteriores, la luz vuelve a ser esencial. Cada reflejo, cada cambio en la intensidad o en su color comunica algo que está más allá de la representación. La luz expresa momentos de gran belleza, pero también nos hace pensar en su brevedad.

En fin, me encantó y me genera expectativa ver el fin de la trilogía.

Un gran abrazo,

Diego Menegazzi

sábado, 4 de diciembre de 2010

Elegía de abril: Nuevos lugares y horarios de exhibición

Amigos:

Les informo los nuevos horarios de Elegía de abril sigue en el Arte Cinema unos días más. Las fechas de función son:

- Sabado 4/ 12 - 15:30 hs
- Domingos 5/ 12 - 17:00 hs
- Martes 7/ 12 - 15:15

Y también esteremos en La Plata y Almirante Brown, los siguientes días:

ESPACIO INCAA KM 60 - 35mm / Digital
Calle 50 entre 6 y 7 – La Plata

- Jueves 2/ 12 - 18 hs y 20 hs
- Viernes 3/ 12 - 18 hs y 20 hs
- Sábado 4/ 12 - 20 hs
- Domingo 5/ 12 - 20 hs
- Martes 7/ 12 - 20 hs
- Miercoles 8/ 12 - 18 hs y 20 hs

ESPACIO INCAA KM 23, Graciela Borges - 35 mm
E. de Burzaco 750 - Almirante Brown


- Jueves 16/ 12 - 18 hs y 20:30 hs
- Viernes 17/ 12 - 18hs y 20:30 hs
- Sábado 18/ 12 - 18 hs y 20:30 hs
- Domingo 19/ 12 - 18 hs y 20:30 hs