domingo, 22 de junio de 2008

Crítica: Cineísmo, por Javier Luzi

"Juanele" (el entrerriano Juan L. Ortiz) es el poeta de los detalles, de lo minúsculo, de ese pequeño elemento que se hace vida merced a la lupa misteriosa y querida de su vista.

Venerado por sus colegas y la crítica, todavía por descubrir (la dictadura ordenó quemar toda su obra y su edición completa –después de su muerte) para el público en general, encontró en Gustavo Fontán un traductor eficaz que supo volver imágenes cinematográficas sus palabras poéticas casi arriesgándose a la experimentación.

El director, ya en su anterior El árbol, había conseguido, aunque con menores aciertos, hacer del sencillismo virtud. Acá aboga por hacer verdad las palabras del poeta en eso de la apuesta por lo simple. “La revolución del descanso” que se patentiza en esas imágenes reposadas, lentas, que se articulan para dar cuenta de la naturaleza (árboles, gato, hombre, río) filmadas siempre con sonido directo.

Fontán utiliza los recursos que tiene a su alcance para, evitando ilustrar la poesía, volver lírica la pantalla misma. Con un fuera de foco convierte lo que se ve en algo así como aquello que resulta del uso de una técnica puntillista en lo pictórico y busca en la luz de las cosas enfocadas borronear las formas o en la filmación en movimiento también diluir los límites. Lo móvil, lo fluyente en lo acuoso como fuente originaria. Los espacios que se vuelven ámbitos y después el hombre de pronto, de repente, apenas como un eslabón más.
Apropiándose de imágenes de documentales anteriores a las que suma en su cadena de significación y trastocando lo cinemático, por momentos, en los trazos de pinceladas como si la pantalla fuera un lienzo, La orilla que se abisma consigue, sin recurrir sino en el cierre a la voz del homenajeado leyendo un poema, emocionar profundamente.
Javier Luzi

sábado, 7 de junio de 2008

Una nueva alegría

En anteriores ocasiones les conté acarca de las renovadas alegrías que nos brindaba "El árbol". Cuando todo nos hacía pensar que el ciclo del filme se había cumplido, y que eran tiempos de nuevos desafíos, sucedía algo -la invitación a algún festival, una exhibición, o un reconocimiento de alguna persona que la había visto tardíamente-, que nos confirmaba que "el árbol" se resignaba a dejar caer sus últimas hojas.

Bueno, hace pocos días nos llegó la noticia desde Francia. Y todos los que trabajamos en la película nos pusimos muy contentos...

El árbol había sido distinguida con el premio "Fernando Birri" en ocasión de la Décima Edición de "La Sudestada Quincena de Cine Argentino", llevada a cabo entre el 13 y el 30 de mayo en París.

En los proximos días, la noticia estará disponible en el sitio web de quienes nos honraron con el premio, en http://www.lasudestadaparis.com/

A la gente de La Sudestada, y a todos los que hicieron posible este premio... Gracias!!

Gustavo