domingo, 1 de febrero de 2009

De árboles, lluvias, rostros y cine....

Queridos amigos:

Hace unos meses, los organizadores del Festival de Cine Documental de Navarra, Punto de vista, tuvieron la amabilidad de enviarme el excelente libro "ERMANNO OLMI, Seis encuentros y otros instantes”, editado por el Gobierno de Navarra.

Quiero compartir con ustedes algunos pensamientos del director de “El empleo”, “El árbol de los zuecos”, “El misterio de las armas”, entre tantas e importantes películas.


EL ARBOL

“Un árbol real es creativo siempre, incansable y permanentemente. Posee virtudes que le hacen cambiar permanentemente: responde a la luz y refleja la luz de una manera distinta, impredecible, cada vez. Un cineasta vive con ansiedad el no poder capturar un instante irrepetible cuando la luz está cambiando. Y esto es hermosísimo, porque entre la primera y la cuarta o la quinta toma hay variaciones: está palpitando constantemente”.


LA LLUVIA

“Incluso de forma extraña, la lluvia siempre sugiere una tregua. Cuando un pastor o un agricultor tenían que enfrentarse a la lluvia, lo hacían interrumpiendo su actividad: la lluvia era una señal de pausa. La lluvia, de una manera u otra, debería empujarnos a hacer una pausa de vez en cuando: mientras llueve se puede pensar, hacer un pequeño balance, meditar sobre lo que hay que hacer. Hoy casi hemos relegado al olvido estos momentos de tregua”.


EL ROSTRO

“El rostro de una persona no sólo es la síntesis de la persona responsable y dueña de ese rostro, sino la síntesis de la historia universal. Aquello que sucede en el rostro del hombre es incluso más importante y luminoso que lo acontece a su alrededor”.


EL CINE

“Rossellini me hizo entender la diferencia que existe entre el cine como construcción y el cine como pacto con la realidad”.

Un abrazo, hasta la próxima...

Gustavo


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que interesante lo que transcribis del libro... me dejo disfrutando y pensando, gracias! Lo de El Rostro es increible... Me quedé un poco rengo con lo de Rossellini... no hay mas ?

Anónimo dijo...

Gracias, Pedro, por tu mensaje.
Como buen pensamiento creo que abre debates abiertos. A mí me impresiona esa idea porque viene a dar cuenta de la preocupación de muchos directores, también la mía en las últimas películas, de cómo puede aparecer una huella de lo real en una imagen. Es paradójico, tal vez inalcanzable, pero es el desafío: impregnar una imagen con algo real.
Voy a releer el libro y si Olmi dice algo más sobre el tema lo transcribo.
Saludos
Gustavo