¡Buenas noticias!
LA CASA se verá en el próximo Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, BAFICI, que se desarrollará entre el 11 y el 22 de abril.
Mi reconocimiento a todos los compañeros de trabajo: ALEJANDRO MATEO, DIEGO POLERI, JAVIER FARINA, ALEJANDRO NANTON, GUSTAVO SCHIAFFINO, MARIO BOCCHICCHIO, GUILLERMO PINELES, OMAR MUSTAFA, RODRIGO FARFAN, MARTA ROMERO, MARIANA FONTAN, LOLA SILBERMAN, LUIS VENOSA, ALEJANDRO NAKANO
En cuanto tengamos la información, haremos saber los horarios y salas de proyección.
¡Ojalá puedan acompañarnos!
Mientras tanto compartimos con ustedes dos textos, de DAVID OUBIÑA y EDUARDO RUSSO, que nos honran.
Saludos
Gustavo
“Lo primero que pienso cuando veo las películas de Gustavo Fontán es que no filma como se debe. No hace películas con los materiales con que las películas suelen hacerse y no muestra esos materiales de la manera en que las películas suelen mostrarlos. Por supuesto, afirmo esto con cierta ironía: en realidad, nunca hay que filmar como se debe. No tengo dudas de que, para filmar bien, hay que atreverse a mirar más allá de lo previsible. Por eso, decir que Fontán no filma como se debe es decir que hay un cineasta abriendo nuevos caminos.
En el comienzo de La orilla que se abisma, se lee un texto del propio Juan L. Ortiz, que me parece que condensa el credo estético de Fontán: “Sí estamos todos cansados y nos olvidamos demasiado del oro del otoño. Acaso la revolución consista en lo que el hombre por siglos ha estado postergando: la necesidad del verdadero descanso, el que permite ver cómo crecen, día a día, las florcitas salvajes”. Florcitas salvajes: la expresión de Juanele es maravillosa porque reúne, en una sola fórmula, la fiereza y la inocencia que están contenidas en toda contemplación. Fontán filma florcitas salvajes, y ésa es la verdadera revolución: registrar florcitas salvajes y hacer una película con eso, aunque no sean los materiales con que las películas pueden o deben hacerse.
En algún momento, las cosas –esas florcitas salvajes– empiezan a ser algo más. Y eso es lo que justifica que haya una película. Habría que recordar lo que decía Marcel Proust: que sus libros eran como anteojos y que sólo servían si, a través de ellos, cada uno podía entender algo distinto sobre el mundo. Entonces, si tuviese que señalar una característica sobresaliente, diría que son películas que recuperan esa capacidad asombrosa que posee la mirada de los niños para ver todo otra vez”.David Oubiña
(En la presentación de ciclo de películas de Gustavo Fontán en el Cine La máscara, en Buenos Aires, en abril de 2010. Ciclo coordinado por Pablo Mazzola)
“A través de diversas formas artísticas Gustavo Fontán trabaja en la poética y la ontología del cine. Su obra como cineasta, poeta y dramaturgo circula en un ámbito intermediático. En El árbol se extiende entre la ficción y el documental; en El canto del cisne ensaya sobre poesía y locura, armado de dos condiciones fundantes: espera y paciencia. La soledad, el paso o el peso del tiempo se alivian en la serena contemplación, como también ocurre en El paisaje invisible.
Alguna vez Fontán señaló el impacto que sobre él tuvo cierto propósito de R. W. Fassbinder: no hay que hacer cine sobre las cosas, sino con las cosas. Aunque de un film a otro sus senderos parecen bifurcarse, de pronto convergen de modo tan inesperado como necesario. Si La orilla que se abisma parte del documental hacia esa poiesis de la mirada y la escucha que implica filmar (o presenciar) una película, La Madre postula su bella y delicada vocación ficcional.
A su vez, la más reciente Elegía de abril —como El árbol y en camino a la trilogía que completará La casa— opera con los mismos fundamentos espectrales de la imagen y los bordes de la ficción en el cine. En tiempos afectos a estrépitos diversos es ésta una obra excepcional, inclinada al susurro y de rara consistencia, que requiere el más atento cultivo y cuidado por parte de sus espectadores”.
Eduardo A. Russo
(Para la presentación de retrospectiva sobre películas de Gustavo Fontán en el Palais de Glace, Junio de 2011. Ciclo coordinado por Tomás Dotta)